El niño es un ser en constante desarrollo. Si las grandes etapas de crecimiento, entre 0 y 5 años son muy visibles, al ser físicas, no es menos cierto que el cerebro y las funciones cognitivas están en constante evolución, hasta la adolescencia. Por lo tanto, es muy importante asegurar una buena ingesta nutricional. Para asegurar la solidez de los huesos y la optimización del capital óseo, un aporte suficiente en Calcio y en Vitamina D, es indispensable. Para el buen funcionamiento de las funciones cognitivas, el aporte en ácidos grasos esenciales (DHA especialmente) es igualmente de vital importancia. Participan en las funciones cerebrales e intervienen en la memoria, la concentración, el aprendizaje, la visión...